Cuenta Andersen del emperador al que estafaron con un traje inexistente.
—¡Pero si no lleva nada! —exclamó un niño.
—¡No lleva traje! –gritó el pueblo.
La montada reprimió con gases. El niño purga reclusión perpetua.
La montada reprimió con gases. El niño purga reclusión perpetua.
Las verdades duelen como balazos. No espero más, con tu permiso te agrego en mi blog.
ResponderBorrarSaludos lelos!!!