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sábado, 17 de julio de 2010

Variaciones sobre «La metamorfosis» de Kafka V

—¡Gregorio Samsa! —gritó la esposa.
El tragó saliva. Estaba enojada. No lo llamó «Goyo», ni «Grégory», ni «Cuca» —como lo apodaban los muchachos del bar—, ni el tan íntimo y cariñoso «Bichito mío» con el que empezaban las pegajosas noches de amor.

3 comentarios:

  1. Maestro Frinni, aprovecho para dejarle el Premio Dardo y Blog de Oro que dejó en mis manos Gabriel Bevilaqua, de El elefante funambulista.

    Saludos.

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  2. ¡Gracias José Manuel! Inmerecido, por cierto.

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