—Mire, señor Kafka —dijo el editor —el mundo no está preparado para un relato de este tipo, tan oscuro, tan… ¿cómo diría? … repugnante ¿Porqué, mejor, no hace que Samsa se transforme, cuando se enoja, en un superhéroe gigante y musculoso, de color verde? Sería una pegada. Créame.
De los tres, Daniel, el tercero es el que más me gustó. Va a salir una buena antología kafkiana, ¿no?
ResponderBorrarUn abrazo.
Por fortuna, Kafka no hizo caso y Gregorio continúa entre nosotros.
ResponderBorrarSaludos.
Todo lo que le debieron decir a Kakfa... Un visionario, sin duda.
ResponderBorrarPrecursores tiene que haberlos en todos lados, incluso en las oficinas editoriales. Muy gracioso.
ResponderBorrarUn abrazo,
PABLO GONZ
Daniel, he llegado hasta tu blog porque me propuse encontrarte desde que leí tu cuento seleccionado como fnalista en Tinta al sol (aunque desde Quimicamente ya conocía y admiraba tu escritura). Muy merecidos tus logros, felicitaciones
ResponderBorrarVictor: ya tengo como 30 que iré tirando de a poquito.
ResponderBorrarJosé Manuel: así es. Te proponen cada cosa.
Esteban: claro que lo era el tal Frank ¿no?
Pablo: gracias y un abrazo para vos.
Patricia: muchas gracias, y espero que disfrutes la lectura aunque sea un poquito.