Pasó que yo, claro está, no estaba pensando
justamente en eso.
Tenía la cabeza en otra cosa
cuando el cura Walter dijo
«…en la prosperidad y en la adversidad…»
No sé vos, pero yo
no le di bola.
Era, quizá, temerariamente joven.
Algo así como que el mundo
debía rendirme pleitesía.
Y me fui a vivir con vos
sin armadura.
Que lo tiró.
Mirá que han habido momentos
buenos, muy buenos y excelentes.
(las caritas rojas de los chicos saliendo de vos, por citar algo)
Pero a la adversidad
caracho,
se le metió entre ceja y ceja
que tiene que ganarnos por goleada.
Un buen día amanecimos meados
por todo Jurassic Park
(de la uno a la cuatro y sin cortes comerciales)
Al principio nos dijimos: «son pruebas
que nos pone el Barba».
Pero a esta altura,
si fuera el caso, tendríamos
aprobados una parva así de alta
de doctorados y licenciaturas.
Para mí que el Barba nos jugó
en un truco con el Cuernos
(y perdió, claro está)
Y encima nos dejó el consuelo de pensar
que a otros le están pasando cosas peores.
Será así.
Pero a mí se me parte el corazón
cuando te veo llorar.
Se me revela el bobo de impotencia
cuando no doy con la palabra justa
que te ayude a salir.
Daría las manos por conocer el abrazo
que te deje en la boca una sonrisa.
La vida daría
Por darte una vida feliz.
Pero no soy Merlín, ni Copperfield
Ni Fu Man Chu, ni Houdini.
Y por más que busco en internet
no hay trucos.
Ya ves, sólo puedo darte mi ineptitud
de hombre.
Y amarte.
Y decirte «acá estoy, a tu lado»
Éste es mi corazón,
ésta es mi mano.
Y prestar, claro está, más atención al cura
cuando nos case, otra vez más,
en otra dimensión, en otra vida.
La muerte no podrá separarnos.
Páginas
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sábado, 26 de febrero de 2011
lunes, 21 de febrero de 2011
La maldad de las cosas inanimadas IV
―¡López!—gritó el maestro
López, sobresaltado, rompió la tiza al terminar de escribir por centésima vez “No debo hablar en clase”. Miró y, aterrado, leyó noventa y nueves “maestro puto”.
La maldad de las cosas inanimadas III
El viento era sudeste; pero la veleta marcaba el norte. Cuando rotó al sur, la veleta marcó el noreste. Nunca pensó que pintar al gallo de rosa pudiera enojarlo tanto.
La maldad de las cosas inanimadas II
La taza le golpeó la nariz cuando quiso tomar un sorbo, la cucharita le lastimó un ojo, el café le manchó la camisa nueva. El mozo lo trató de idiota.
miércoles, 16 de febrero de 2011
¡Un cuento mio en la antología "VOZ HISPANA I"!
La gente de MAR EN PROA seleccionó mi relato "El viaje del alma de Juan Benítez" para la antología "Voz Hispana I".
En su blog (http://librovozhispana.blogspot.com/) dicen: Es poco común encontrar un libro así. Se trata de una antología de cuentos cortos oriundos de Hispanoamérica. Diversos temas, un sinfín de formas para expresar emociones y sentimientos, aspectos inéditos sobre cada país, sobre cada persona. Un mismo lenguaje, muchas facetas.
Mar en Proa convocó. Los escritores aceptaron el reto. Cerca de ochocientos cuentos de veintitrés países llegaron. Todos con ansias de mostrar un pedazo de su tierra, de su corazón. Por desgracia, no todos pudieron publicarse en el libro. Como editorial independiente no podemos cargar con titánica tarea.
Haremos lo posible por hacer llegar este libro a aquellos lugares donde se busque leer y no haya un texto; donde esté la semilla y falte quien la ponga en la tierra y, luego de darle los primeros cuidados, la deje crecer.
Aquí se conjugan voces noveles y expertas. Todas amenas.
Nuestro objetivo se habrá cumplido cuando, al terminar de leer este libro, usted, apreciable lector, esboce una sonrisa de satisfacción y decida compartirlo con quienes lo rodean. Se vale criticar, aportar, inferir finales, escribir un cuento. Hagamos de Latinoamérica una región de lectores y escritores.
El listado de cuentos y autores está en http://librovozhispana.blogspot.com/2011/02/autores-de-libro-voz-hispana.html
Bienaventuranzas III
Felices los que son la excepción que confirma la regla, porque hay una regla que dice que serán salvados (pero ellos son la excepción)
Vengo a pedir la mano de Valeria
―Ejem —carraspeó Julián ―. Don Esteban, vengo a pedir la mano de su hija.
—¿Cuál?
―Valeria, Don Esteban.
—No. Pregunto cuál mano ¿La izquierda o la derecha?
―¿Qué diferencia hay?
—Valeria es zurda. La izquierda es un poco más fibrosa, menos tierna.
―Entonces, deme la derecha.
—Ta bien ¿Tiene en qué llevarla?
―Traje la bolsa de los mandados.
—No. Va a dejar un reguero de sangre. No se haga problema. Se la pongo en una bolsita de nailon, con hielo ¿Algo más?
―No, gracias.
—¿Probó el muslo de mi otra hija, la Jimena? Nada de grasa.
―No, está bien así. Sólo quiero la mano para un caldito…
—¿Y la pechuga de la patrona? Algo dura, pero abundante.
―Así está bien ¿Cuánto es?
—Espere que la corto y se la peso. Ta barata. Cincuenta el kilo. Y la próxima vez llámeme y se la mando. Ahora tenemos delivery.
—¿Cuál?
―Valeria, Don Esteban.
—No. Pregunto cuál mano ¿La izquierda o la derecha?
―¿Qué diferencia hay?
—Valeria es zurda. La izquierda es un poco más fibrosa, menos tierna.
―Entonces, deme la derecha.
—Ta bien ¿Tiene en qué llevarla?
―Traje la bolsa de los mandados.
—No. Va a dejar un reguero de sangre. No se haga problema. Se la pongo en una bolsita de nailon, con hielo ¿Algo más?
―No, gracias.
—¿Probó el muslo de mi otra hija, la Jimena? Nada de grasa.
―No, está bien así. Sólo quiero la mano para un caldito…
—¿Y la pechuga de la patrona? Algo dura, pero abundante.
―Así está bien ¿Cuánto es?
—Espere que la corto y se la peso. Ta barata. Cincuenta el kilo. Y la próxima vez llámeme y se la mando. Ahora tenemos delivery.
martes, 1 de febrero de 2011
En seis palabras
Proverbio I
La fe mueve montañas. La dinamita también.
Espejito, espejito ¿Quién es la más linda del reino? I
Soy un espejo. No soy Google
Espejito, espejito ¿Quién es la más linda del reino? II
¡Ay, reina! ¡El palafrenero! ¡Un potro!
Espejito, espejito ¿Quién es la más linda del reino? III
Con menos botox, quizá, tal vez…
De cómo casi perdemos el mundo tal cual hoy lo conocemos
Manzano. Newton. Paloma. Manzana no, cagada.
Alegría de los marineros del ballenero «King George», que naufragaron en un iceberg
¡Estamos salvados! ¡Ahí viene el «Titanic»!
Última voluntad de Juana de Arco
Báilenme la danza de la lluvia
Última voluntad de Jesucristo
Che, repitamos la cena de anoche...
Problemas derivados de querer encargarle una pieza musical a Beethoven, para dedicársela a una dama
Oiga, ¿para quién dijo? ¿para Luisa?
Última voluntad de María Antonieta
Quiero un cuello ortopédico de acero
Última voluntad de Tupac Amaru
¿Esperamos hasta que inventen la motosierra?
Última voluntad de Vlad Tepes
Che, al menos afilen la estaca
La fe mueve montañas. La dinamita también.
Espejito, espejito ¿Quién es la más linda del reino? I
Soy un espejo. No soy Google
Espejito, espejito ¿Quién es la más linda del reino? II
¡Ay, reina! ¡El palafrenero! ¡Un potro!
Espejito, espejito ¿Quién es la más linda del reino? III
Con menos botox, quizá, tal vez…
De cómo casi perdemos el mundo tal cual hoy lo conocemos
Manzano. Newton. Paloma. Manzana no, cagada.
Alegría de los marineros del ballenero «King George», que naufragaron en un iceberg
¡Estamos salvados! ¡Ahí viene el «Titanic»!
Última voluntad de Juana de Arco
Báilenme la danza de la lluvia
Última voluntad de Jesucristo
Che, repitamos la cena de anoche...
Problemas derivados de querer encargarle una pieza musical a Beethoven, para dedicársela a una dama
Oiga, ¿para quién dijo? ¿para Luisa?
Última voluntad de María Antonieta
Quiero un cuello ortopédico de acero
Última voluntad de Tupac Amaru
¿Esperamos hasta que inventen la motosierra?
Última voluntad de Vlad Tepes
Che, al menos afilen la estaca