Acá les dejo las cosas que escribo. De corazón, para ustedes.
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lunes, 21 de febrero de 2011
La maldad de las cosas inanimadas IV
―¡López!—gritó el maestro
López, sobresaltado, rompió la tiza al terminar de escribir por centésima vez “No debo hablar en clase”. Miró y, aterrado, leyó noventa y nueves “maestro puto”.
Muy bien por López; a mí me habría gustado hacerlo mil veces.
ResponderBorrarSaludos.