—Espejito, espejito ¿quién es la más linda del reino?
―Antes que nada —contestó el espejo― deberíamos definir qué entendemos por lindo. Está claro que nos referimos a una cualidad inherente a una persona, pero como se han estado sucediendo las cosas últimamente (la desigualdad sembrada por el capitalismo en el mundo, tarde o temprano iba a traernos problemas), hoy, paradójicamente, las minorías son mayoría. Tanta oleada inmigratoria ha desdibujado nuestro concepto de belleza y lo que es hermoso para un japonés de la prefectura de Ibaraki no lo es para un bakongo del centro del Africa...
Una taza surcó el aire y deshizo el espejo en mil pedazos
—Pero yo ¿qué dije de malo? ―alcanzó a decir éste, antes de apagarse.
Excelente cuento, Daniel
ResponderBorrarMuy bueno.
ResponderBorrar