Acá les dejo las cosas que escribo. De corazón, para ustedes.
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jueves, 5 de abril de 2012
El justo Señor
Una lágrima cae por la
mejilla del emperador. Se acerca a la acusada y la acaricia con ternura
paternal. Sabe que puede (debe) salvarla. Suspira y ordena:
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