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viernes, 17 de abril de 2009

Aislamiento

Cuando lo descubrí, horrorizado, grité con todas mis fuerzas hasta que sangró mi garganta, rasguñé hasta que mis uñas se salieron de mis dedos. Nada que hacer. Imposible oírme, enterrado a dos metros bajo tierra.

4 comentarios:

  1. Estoy haciendo una convocatoria de microcuentos, Daniel. Te interesa.

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  2. Hola, Daniel. Vi que Esteban Dublin hizo un cuento a partir de tu estilo y me pasé por aquí.
    Me llamó la atención el título de este y me gustó. Enterrado, sin uñas, y lo peor de todo sin voz.
    Saludos.

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