Elvis cantó
Suspicious Minds
allá por el ´69
y apenas promediaba nuestra infancia.
Puede ser, nomás,
que ahora
un Elvis
viejo, canoso, gordo
y con la voz cansada
esté en alguna falsa Graceland
riéndose con ganas.
Chi lo sá.
Pero ahora, nomás,
mientras conduzco
por las calles
de ésta Buenos Aires maltratada
y escucho en la radio
algún programa,
entre noticias y pronóstico del tiempo
se cuela ese otro Elvis
joven, canchero
y con su voz templada
hablándome a mí
en otro idioma
y a casi medio siglo de distancia
diciendo porqué pienso en vos
acá y ahora.
“...Because I love you too much, baby...”
Porque te amo como nunca, amada.
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