miércoles, 25 de febrero de 2015
Variaciones sobre un tema de Monterroso XIII:
La Bella Durmiente despertó con el beso del dinosaurio. Él la miraba con ternura. Ella le espetó «¡La póxima vez lavate los dientes, sucio!». Él, francamente, no estaba para reproches. Ella estaba sabrosa.
lunes, 23 de febrero de 2015
12.24
Caroline Lepage nos propuso un reto, a Pablo Martínez Burkett y a mí: Escribir un diáologo entre Jorge Luis Borges y un extraterrestre. Ese trabajo, "Improvisación de milonga entre dos mundos", y otros once retos similares están plasmados en "12/24", la antología que preparó Caroline.
No sé qué destacar más de mi trabajo a cuatro manos con Pablo; si el honor de trabajar con él, el placer, la diversión o el aprendizaje. Una maraviya, mire vea.
Además, muy recomendable la lectura de toda la antología.
Muchas gracias, Caroline, por considerarnos siempre.
martes, 17 de febrero de 2015
lunes, 16 de febrero de 2015
Variaciones sobre un tema de Monterroso XVI:
Cuando Ricitos de Oro despertó, los tres osos todavía estaban allí.
lunes, 9 de febrero de 2015
Variaciones sobre un tema de Monterroso XV:
El aleteo de un pterosaurio en Tokio puede despertar al hombre que duerme en Guatemala; quien no sabrá si él soñaba que era un dinosaurio, o era un dinosaurio soñando que era Chuang Tzu.
domingo, 8 de febrero de 2015
La Caracola en "Dimensiones de Belleza"
En la antología "DIMENSIONES DE BELLEZA - 111 CUENTOS HIPERBREVES" mi microcuento "La Caracola" (pág 41)
Está en
LA CARACOLA
El mar estaba tranquilo, el sol de marzo apenas tibio, la arena limpia y solitaria y soplaba un suave viento del este. Vi la caracola –una strombus gigas– desde unos treinta metros. Era hermosa y una buena decoración para nuestra casita de verano.
La levanté y, como hago desde niño, la llevé a mi oído para escuchar el mar. Me llegó la cadencia de olas antiguas y lejanas. Pero esta vez había algo más: un murmullo apagado que solo logré descifrar cuando tapé mi otro oído. Una voz humana.
–¡Sollievo! ¡Aiuti! –decía. Y agregaba palabras que no pude entender.
La llevé y se la mostré a mi esposa, que se sonrió descreída; pero luego abrió grande sus ojos, atónita.
–¡Sollievo! ¡Aiuti! –oía, con más claridad en la casa silenciosa; aún sin entender el resto.
Y allá está, en una repisa de nuestra casita. Mensaje de algún italiano náufrago desde hace quién sabe cuántos años, esperando un rescate que nunca llegará porque no entendemos qué dice, además de pedir socorro y ayuda.
–¡Sollievo! ¡Aiuti!
A veces, cuando la noche es silenciosa, lo escuchamos desde nuestra cama con cierto fastidio que alguna vez fue impotencia. Hemos pensado en deshacernos de la caracola.
martes, 3 de febrero de 2015
Variaciones sobre un tema de Monterroso XIV:
Rip Van Winkle durmió veinte años. Al despertar, ya no estaban allí ni los gnomos, ni su perro, ni su esposa, ni el viejo Vedder, ni el maestro Bummel, ni Brom Dutcher, ni el Rey Jorge. Y mucho menos, por supuesto, el dinosaurio.
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