Esteban Dublín tuvo la amabilidad de homenajearme con un cuento:
Mensaje divino
—¿Alguien me ha llamado, Alan? —pregunta Daniel Frini a su hijo luego de saludarlo.
—¡Sí, papá! —se apresura el muchacho—. Un señor Dios como siete veces. Que hagas el favor de dejar de cambiarle las historias.
¡Gracias, Esteban!
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