―No quedarán ni semillas que perpetúen la jungla.
—Tiene razón ―sentenció el gorila, mientras exhalaba el humo de un carísimo Partagás cubano.
— Pero descuide ―aseveró Tarzán —: otras selvas de hierro y cemento han atrapado al hombre. Al final seremos vengados.
―Dios lo oiga. Páseme el whisky.
—Tiene razón ―sentenció el gorila, mientras exhalaba el humo de un carísimo Partagás cubano.
— Pero descuide ―aseveró Tarzán —: otras selvas de hierro y cemento han atrapado al hombre. Al final seremos vengados.
―Dios lo oiga. Páseme el whisky.
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