sábado, 30 de mayo de 2009

Presentación

Es de noche. No hay luna. Tengo dos años. Mamá y papá están contentos. El rey Herodes les pidió que me llevaran a su palacio.

Cuentos misóginos con moraleja. Hoy: El Soldadito de Plomo

Había una vez un soldadito de plomo sin una pierna, y una bella bailarinita de juguete.
Entre ellos nació una profunda simpatía. Un día de tormenta él cayó por la ventana, unos niños lo pusieron en un botecito de astrasa que llegó al mar, se hundió; lo comió un pez al que pescaron y vendieron a la cocinera de la familia del niño dueño de los juguetes. Y todo para que cuando el soldadito se reencontró con la bailarina, esta le dijera:
- Milico de porquería. ¿Todo rotoso volvés? ¿Te creés que una va a estar esperado hasta que al señorito se le ocurra? Tomátelas, rengo gilún.
El soldadito, umbrío por la pena, se arrojó al fuego. Hoy es plomada para mojarritas. 
Moraleja: Amiguitos, no confiéis en las damitas, nunca lo esperan a uno. Son malas, muy malas.

domingo, 24 de mayo de 2009

Sin entender, apenas oyó

— ... a ser ejecutado en la horca, ahora.
Al abrirse la trampa, el cuerpo muerto se balanceaba lento. Se acercó el verdugo.
— Che, era una joda. Que la inocencia te valga.

Recetas Históricas

Una tarde calurosa de principios de junio, Herodes Antipas, su esposa Herodías y el prefecto romano Valerio Grato, conversaban amigablemente en los jardines del palacio real de Séforis.
— ¡Me encantan los niños! — decía Herodes — Mi padre; El Grande, Yavhé lo tenga a su lado; me enseño a prepararlos al horno de barro, y con guarnición de arvejas. ¡Son una delicia, mire! Yo le pongo un mejunje que preparo con sal, aceite de oliva, un poquito de albahaca y laurel. Y lo acompaño con un buen vino oscuro de los montes de Yahad. Ahora, eso si, para que sean tiernitos, deben tener menos de dos años. Más grandes, no sé, como que la carne se pone muy fibrosa.
— Lo que le recomiendo que pruebe— acotaba Herodías — es la cabeza de esenio. Hace un tiempo hicimos una, hervida en aguas de melisa y eneldo frescos; y la servimos con zanahorias, puerros y cebollas; un adobe mezcla de tomillo, orégano y salvia, y perfumada con cardamomo y regaliz; 
¿Cómo se llamaba este monje, esposo mío?
— Juan
—¡Eso! Juan. El bautista. Como sea, un manjar. Estos esenios ayunan tanto, que la carne, bien magra, me ayuda magníficamente en mi dieta.

domingo, 17 de mayo de 2009

Lógica herodiana

Un adulto piensa. Todo niño esconde un adulto. Mejor matarlos antes de que crezcan.

El aprendiz

La tarde era por demás calurosa. A lomo de burro, Dan-Istet se dirigía a aprender su oficio de escriba en la Casa de la Vida, en el viejo templo de Toht, en las afueras del oasis de Waht-Smenkht, a diez días de marcha de Uaset, la grandiosa capital del Egipto del junco y de la abeja.
Como todos los días, cuando Ra empezaba su marcha hacia la noche; Dan-Istet llegaba con su cuenco conteniendo tinta de mirra, y una hoja nueva de papiro. Lo recibía el humo dulzón de las flores de nenúfar y mandrágora que los hery-aj encendían temprano, para allanar el camino a la sabiduría de los dioses, a los que iban a aprender en la escuela.
Como todos los días, lo recibió el Gran Artesano de la Casa de la Vida,Serj-uef-Hartmanshepsut
—¡Por Horus, toro todopoderoso que aparece en la gloria de la ciudad de Men-Nefer! Dan-Istet, pequeño escarabajo de la tierra negra del Nilo ¡Otra vez llegas tarde! Ve inmediatamente adentro a esperar a tu nebef.
Como todos los días, Dan-Istet entró a su sala, se sentó cruzando las piernas en el duro suelo, dispuso el cuenco con tinta a su derecha y desplegó el papiro sobre sus rodillas; a la espera de la llegada del Escriba de los Rollos de Papiros Sagrados en la Casa de la Vida, y Fekety en el templo de Toht, Rasputilperure-ankh-Ortunhotep.
Como todos los días, seguido de varios hery-anj, Rasputilperure entró al recinto. Miró fijamente a Dan-Istet, entre las volutas de humo y en la penumbra reinante; y dijo:
— Nuevamente, pequeña pulga molesta en el gato de Sejmet, he rechazado tus deberes por defectos de forma ¡No aprendes más! Escribirás 10 veces la regla de la escuela
Y se retiró, con los otros, dejando solo al alumno.
Como todos los días, Dan-Istet contuvo el enojo. Con la visión empañada por las lágrimas, tomó su pluma, la mojó en la tinta y comenzó a dibujar en el papiro, los pictogramas tan conocidos de la regla:
“Antes de ibis o bastón, siempre va buitre”
“Los diálogos empiezan con serpiente”
“Toda oración finaliza con dátil y seguido”
“Las palabras agudas llevan codorniz en la última sílaba…”

domingo, 10 de mayo de 2009

El fantasma más viejo

Desorientado, no se encuentra entre los de su especie. El fantasma de un cavernícola muerto hace veinte mil años en Lascaux, en plena Edad de Piedra, no sabe nada de sábanas y cadenas.

La Guerra Final

Hace un milenio, la humanidad descubrió el secreto de la inmortalidad. Durante los setecientos años siguientes, los humanos del tipo H, nacidos según el método tradicional, ejercieron el dominio y desarrollaron a los tipo C, nacidos clones, y a los tipo M, modificados genéticamente. En ese período de paz relativa, no murió nadie por enfermedad y se alcanzó una población incalculable. En los trescientos años siguientes, nosotros, los tipo A, trabajando desde las sombras, instigamos la lucha entre los demás. Hace tres días murió un clon, último sobreviviente de la guerra entre los H, los M y los C. Ahora solo quedamos nosotros, un millón quinientos mil humanos del tipo A. Todos inmortales.
Mi nombre es A Utnapishtim Gamma.
Por supuesto, la A indica mi condición de nacido androide.

sábado, 2 de mayo de 2009

Batifondo

En mi habitación está la frontera entre este universo y el otro. La refriega entre materia y antimateria impide dormir. ¿Qué hago?. Tengo que levantarme temprano; y mi jefe no cree en mis razones tan cósmicas

La medicina es una ciencia exacta

Desde hacía tiempo, en los clasificados barriales se presentaba como Tupaq Qhawana, y decía ser jampiri del pueblo kolla, venido del Tawantinsuyö y de los ayllus altoandinos, inspirado por Tayta Inti y Mama Killa; pregonaba que era capaz de traer y amarrar al ser querido, hacer florecer un negocio, leer las hojas de kuka  esparciéndolas sobre un haguayo y adivinar el humo del cigarro; revelaba que era depositario de los willka unanchakuna legados por Manco Kápac, el Intichuri; que hacía videncia pendular y curaba daños, hechizos y maleficios; se declaraba conocedor del kausay -que le fuera revelado en un kamakuy de Wiraqocha y Pachakamaq juntos-; heredero del lliupacha-yuyaychay, la cosmovisión de los kollas sólo entendible en runa šimi y sin traducción posible en kastilla šimi.

Aclaraba, por si hiciese falta, que los materiales estaban incluidos en el precio de todos sus trabajos.

Su consultorio era una habitación de paredes descascaradas, alquilada a una familia boliviana, a pocas cuadras del centro de Laferrere; y en la puerta había colocado una plaqueta de bronce en la que se leía “Tupaq Qhawana  jampiri inka-curandero”.

Atendía con un disfraz más próximo a una arapahoe de las praderas  norteamericanas que a un willka incaico. Recibía a sus pacientes con el saludo ritual

— Ama quella, ama suwa, ama llulla, ama hap’a 

Al que ellos respondían con una mezcla borrosa de oraciones cristianas

— … y con tu espíritu

— … por mi gran culpa

— … sin pecado conseguida

En realidad, había hecho dos años de la licenciatura en astrofísica en la Universidad Nacional de La Plata.

Cierta vez oyó de alguien que curaba con numerología, y decidió ir más allá, aplicando una mezcla extraña de yachay quichua y análisis matemático.

La primera en quien probó el nuevo método fue Ña Ángela, que estaba peleada con su aparejado y no podía con su problema ella sola. Estaba convencida que de pura envidia le habían hecho una saladura; y fue a ver a Tupaq Qhawana para que le haga una limpia.

Previos ritos de purificación, el jampiri le dijo

— El mal es una abstracción, Ña Ángela, como los números -uno ve una manzana al lado de otra e inmediatamente asocia “dos”- y siendo así, nos podemos valer de los recursos de la matemática para entender al mal. Por ejemplo, la Pachamama me muestra que usted tiene problemas de hígado; y llego a eso partiendo de un khipu kolla, que representa una ecuación binómica indeterminada de tercer grado a la que podemos aplicar la integral segunda de Riemann-Stieltjes, por ser una serie infinita recursiva sujeta al cálculo de variaciones de Lagrange; y puedo decirle que el resultado, en el campo de los reales, es uno solo: su marido. Me lo dice Amaru, va a tener que aplicarle determinantes. Tome esta chuspa, y vaya dándosela de a poquito.

El marido de Ña Ángela sufrió una apoplejía apenas una semana después.

La carátula de la causa penal dice: “Sosa, Anselmo s/ejercicio ilegal de las matemáticas”