lunes, 16 de enero de 2012

Para amenizar la vida dentro del Monasterio


San José de Cupertino está en éxtasis y levita a un metro del suelo. Hay olor a jazmines.
Por detrás se acerca el novicio Clemente y deja bajo el santo un pequeño cartucho de pólvora. Explota. El santo cae despatarrado. La carcajada estalla entre los monjes.

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