—…y se tomó el último trago de aceite para
máquinas de coser! ―remató Robot Uno A, usando tres microsegundos de su tiempo
diario disponible para comunicaciones privadas entre robots, no monitorizadas
por autoridad alguna.
—¡Haaak, hak,hak! ―se rió Robot Dos A
—¡Heeek, hek, hek! ―se rió Robot Tres A
—No entendí ―transmitió Robot Uno B.
―El aceite de máquinas de coser hace colapsar
los circuitos neuronales subalternos de ustedes, los B —explicó Uno A.
—¡Ah! ¡Hoook, hok, hok! ―rió, ahora, Uno B.
—¡Yo sé otro! ¡yo sé otro! ―transmitió,
exultante, Dos A―Resulta que un modelo B sube a un andamio de veinte metros. Lo
ve un albañil humano y le recrimina diciéndole «¡Cacharro inservible! ¡Ustedes
no están autorizados! ¡Vuele de aquí inmediatamente!» El B da media vuelta, salta y ¡cae!
—¡Hiiiiiiiik, hik,hik! ―se rió Robot Uno A.
—¡Heeeeek, hek, hek! ―se rió Robot Tres A.
—No entendí ―dijo Robot Uno B.
―Los B, como vos, no reconocen órdenes no
específicas ―Aclaró Dos A.
—¡Ah! ¡Entendí! ¡Hooook, hok, hok! ―rió Uno B.
—Un Zeta va a una terminal ZIP ―transmitió Tres
A—, y pregunta «Disculpe, señorita, ¿me podría indicar qué conexión corresponde
para una motherboard HUAC-Ocho?»
—¡Hiiiiiiiik, hik,hik! ―se rió Robot Uno A.
—¡Haaaaaak, hak, hak! ―se rió Robot Dos A
—No entendí ―dijo Robot Uno B.
—¡Ufa! ―se enojó Robot Tres A —¡No se puede
estar explicando cada cuento! ¡Ves porqué a los B todo el mundo los trata como
si fuesen multiprocesadoras de la era pre-cyber!
—No entendí ―insistió el B.
―¡Las HUAC-Ocho no requieren conexión física de
ningún tipo, salame!
—¡Ah! ¡Hooook, hok, hok! ―rió Uno B.
―¡Ah, hok, hok! ¡Ah, hok, hok! ¿Es lo único que sabés transmitir? Ya
estoy mufado. No cuento más cuentos —se encaprichó Uno A.
―Yo se otro —transmitió un Alfa-A-Uno de última
generación que, desde más de cinco mil metros, captó las transmisiones entre
los A y el B―. Un humano pequeño le pregunta a su madre: «Mamá ¿porqué papá es
pelirrojo, vos rubia y yo salí negro y de pelo enrulado?» La madre le contesta
«Hijo, con el tremendo lío que hubo en esa orgía tenés suerte de no ladrar».
¡Huuuk, huk, huk! ―terminó, riéndose.
—No entendí ―transmitió Robot Uno B.
—No entendí ―transmitió Robot Uno A.
—No entendí ―transmitió Robot Dos A.
—No entendí ―transmitió Robot Tres A.
—Yo tampoco ―transmitió el Alfa–A-Uno. Sin
embargo, los humanos que activaron mis circuitos neuronales se reían mucho…
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