domingo, 8 de febrero de 2015

La Caracola en "Dimensiones de Belleza"


En la antología "DIMENSIONES DE BELLEZA - 111 CUENTOS HIPERBREVES" mi microcuento "La Caracola" (pág 41) 

Está en 
LA CARACOLA 

El mar estaba tranquilo, el sol de marzo apenas tibio, la arena limpia y solitaria y soplaba un suave viento del este. Vi la caracola –una strombus gigas– desde unos treinta metros. Era hermosa y una buena decoración para nuestra casita de verano.
La levanté y, como hago desde niño, la llevé a mi oído para escuchar el mar. Me llegó la cadencia de olas antiguas y lejanas. Pero esta vez había algo más: un murmullo apagado que solo logré descifrar cuando tapé mi otro oído. Una voz humana. 
–¡Sollievo! ¡Aiuti! –decía. Y agregaba palabras que no pude entender. La llevé y se la mostré a mi esposa, que se sonrió descreída; pero luego abrió grande sus ojos, atónita. 
–¡Sollievo! ¡Aiuti! –oía, con más claridad en la casa silenciosa; aún sin entender el resto. Y allá está, en una repisa de nuestra casita. Mensaje de algún italiano náufrago desde hace quién sabe cuántos años, esperando un rescate que nunca llegará porque no entendemos qué dice, además de pedir socorro y ayuda. 
–¡Sollievo! ¡Aiuti! 
A veces, cuando la noche es silenciosa, lo escuchamos desde nuestra cama con cierto fastidio que alguna vez fue impotencia. Hemos pensado en deshacernos de la caracola.

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