Del Capítulo 53, “Cocine a sus Seres Queridos”, del libro “Sopas, Pastas & Panes”
Esta es muy trivial.
Comida típica del Vaticano que se hace con reliquias molidas de antecesores de Benedicto XVI. Es una comida costosa y su receta, secreta. Se sabe que debe hacerse de noche, preferentemente cuando la Guardia Suiza duerme; y es una de las razones por las cuales todas las tumbas de la Basílica de San Pedro se están quedando vacías.
¡Ojo!: que no le quieran vender gato por liebre. No es lo mismo que un Pastel de Obispos, ni de Monjes y mucho menos de Curitas del Barrio. Aunque el sabor sea parecido.
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