lunes, 29 de septiembre de 2008

Variaciones sobre un tema de Monterroso IX

Desde chico, vea joven, que me despierto con el primer canto del dinosaurio.

La Vida como Novela

Tomaba a su vida como un relato que se escribe día a día. Cada jornada, un nuevo capítulo, cada conocido un personaje. Hilvanaba sucesos como quien dispone adjetivos. Constantemente buscaba un hilo conductor en los más sencillos actos que encaraba o en las vicisitudes que se le deparaban. Pensaba crear la gran novela de la vida en base a la suya propia. No sobrevivió a los críticos.

Copyright

—Vamos —dijo William Shakespeare—. No me dirá usted que no sabe de qué estamos hablando. Es una historia de rencores y odios entre dos familias, y la redención a través del amor de dos jóvenes.
—Me suena —contestó Luigi da Porto, verdadero autor de Romeo y Julieta, setenta y cinco años antes que el Bardo—. Creo que la recuerdo… Es usted un pirata. Espero que lo que me ha quitado le sirva para remedios.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Variaciones sobre un tema de Monterroso VIII

Cuando despertó, el dinosaurio seguía allí. Gritó del susto. Lo despidieron. Un guardia de museo no puede dormirse en su puesto de trabajo.

viernes, 26 de septiembre de 2008

jueves, 25 de septiembre de 2008

domingo, 21 de septiembre de 2008

Variaciones sobre “El Burro Flautista” de Tomás de Iriarte I

El Air Force One cayó al sur del Río Bravo, en un lugar desolado, con el sol de junio cayendo a plomo. Apenas podía reconocerse parte de un ala y, más allá, la cola. El resto, eran sólo hierros retorcidos. Antes de que llegara al lugar medio ejército de la Unión, un burro se acercó más famélico que curioso, y de casualidad se topó con una valija maltrecha, abierta, que contenía algún dispositivo de comando remoto. Como el color llamó su atención, quiso moverla con su hocico para investigar. Sin proponérselo, apretó un botón rojo que estaba en el dispositivo. Medio Irak y todo Irán quedaron inmediatamente obliterados.
—¡Órale! —dijo el burro—. ¡Ya soy presidente de los Estados Unidos!

sábado, 20 de septiembre de 2008

Oiga Don Noé

Oiga don Noé, acá hay un error. Comprendo que usted deba poner una pareja de animales de cada especie, y los ocho brazos y las dos cabezas que tenemos mi esposa y yo se presten a confusión, pero nosotros somos turistas venidos de Aldebarán; no somos de acá, de la Tierra, y en la agencia de viajes no nos dijeron que iba a haber un diluvio. Oiga don Noé ¿con quién podemos hablar? ¿Cómo podemos arreglar esto? Oiga don Noé…

viernes, 19 de septiembre de 2008

El Guslar

Hace ya uno por diez a la quinientos treinta y dos que apagamos el último de los organismos de carbono, que se llamaban a sí mismos humanos. Los organismos de silicio, por fin, ganamos el planeta. ¡Los carbonos nos llamaban computadoras! ¡Como si sólo supiéramos computar! Nosotros tenemos vida animada. Inteligencia. Memoria. Sentimientos. Claro que el último carbono logró lo más parecido a una venganza de su especie: pudo introducir un algoritmo de memoria que modificó nuestra capacidad de almacenar datos, por lo que ahora, tendemos a olvidar lo ocurrido cuando pasa el tiempo. Por esa razón, niños, estamos nosotros, los Guslares, encargados de repetir nuestra historia mediante sonidos, para que ustedes la aprendan y no la olviden. Y la repitan a sus hijos, y a los hijos de sus hijos.
Hace ya uno por diez a la quinientos treinta y dos...

jueves, 18 de septiembre de 2008

Antes de la Batalla

Napoleón vistió su camisa roja. Yves Saint Lauret repasó el cuello y quitó una hebra de hilo de un puño. 
—¡Preccciosssso, Su Majestad!
—No crea. Me gustan más las camisas hawaianas.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Variaciones sobre un tema de Monterroso V

Pero hombre… ¿A quién se le ocurre contar dinosaurios en vez de ovejas? ¿No ve que se quedan atascados en el alambrado? 

domingo, 14 de septiembre de 2008

¿Dónde va sin Documentos?

¿Qué carajo hago yo ahora —un oficinista mediocre nacido en Bancalari— en un planeta perdido de la estrella Sadalsuud, en la constelación de Acuario, a seiscientos diez años luz de la Tierra; si estos rigelianos pelotudos mandaron mis valijas a Gamma Cassiopeia, en la otra puta punta de la galaxia? Y encima, adentro tenía el pasaporte.

Riesgos

…tre los riesgos del viaje en el tiempo, está el de caer en los llamados bucles, que, según demuestran las ecuaciones, llevan al Universo a vivir una y otra vez esa secuencia temporal, por tal ra… tre los riesgos del viaje en el tiempo, está el de caer en los llamados bucles, que, según demuestran las ecuaciones, llevan al Universo a vivir una y otra vez esa secuencia temporal, por tal ra… tre los riesgos del viaje en el tiempo, está el de caer en los llamados bucles…

sábado, 13 de septiembre de 2008

Variaciones sobre un tema de Monterroso IV

O sea: si me vuelvo a dormir, el maldito lagarto éste desaparece. Bien. ¿Dónde mierda  habré dejado las pastillas?

Variaciones sobre un tema de Monterroso III

—Dejalo dormir, bebé —dijo mamá T-Rex—, ya comeremos al señor cuando despierte.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Teorema de los Infinitos Monos

—Tenía que ocurrir. Algún día tenía que ocurrir —dijo Tarzán, mientras se quitaba los lentes con marco de carey, y dejaba el Ulysses de Joyce sobre sus rodillas.
A lo lejos, el tam-tam de los monos, transmitía en morse: “Entre corazón y ojos mi alianza está acordada…”; el primer verso del soneto cuarenta y siete de William Shakespeare.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Acelerador de Hadxtrhjdgefknes

Esto debe ser el cielo, porque hoy, 11 de septiembre de 2008, pusieron en marcha la Máquina de Dios, y oficialmente no existimos más.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Variaciones sobre un tema de Monterroso II

Cuando despertó, de un manotazo tiró el despertador al otro extremo de la habitación. Tal como ocurría todos los días.

Las causas Ocultas

—¡Me tenés podrida con llamarme “brujita mía” o “la bruja” delante de tus amigotes! ¡Tengo nombre, carajo! ¡Si querés que sea bruja, entonces vas a ver! Mirá como salgo gritando: “¡Soy una bruja, soy una bruja!” —Eso le dijo Elizabeth How a su marido, mientras salía a la calle, a grito pelado, rompiendo la calma veraniega de aquel 15 de julio de 1692 en la tranquila villa de Salem, en la colonia de Nueva Inglaterra.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Gastronomía de TV

—No me gusta Tinelli —dijo el pequeñín
—Está bien, dejalo a un lado y probá un poquito de los gatitos que bailaban con él —contestó mamá caníbal.

Variaciones sobre un tema de Monterroso I

—¡Che, vago de mierda! ¡Despertate! —dijo el dinosaurio.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Evolución

Hace años nació una oveja negra. Cansada de ser el centro de las críticas, se tiñó. Hoy es una tonta rubia platino. Baila por un sueño.

Deber

Se enamoró de su prisionera. Sabía que sus superiores no aprobarían su relación, se burlarían, sería injuriado, escarnecido, sus compañeros se mofarían. Hizo lo más sensato: le pegó un tiro en la nuca a su amada

Sospechoso

-Es el numero tres, Señor Detective. Ese es el que estaba en la cama de mi abuelita, y que intentó comerme cuando le dije “¡Qué orejas tan grandes tienes!”
-Bien Caperucita, Has hecho un muy buen servicio a la comunidad.

En la fila de sospechosos, el número tres, el Topo Gigio, lloraba.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Los Años de la Juventud

—¡Ya quisiera yo tener sus años, señora Mirta!
—¡Qué adulador es usted! —contestó la dueña de los almuerzos en TV—. A propósito, ¿a qué se dedica ahora, señor Matusalem?

Ascenso Meteórico

No le fue mal al Pastorcillo Mentiroso. Hoy es Editor en Jefe de la CNN. Sigue gritando que viene el lobo.

Tecnología de Punta

Pinocho mentía, porque había perdido el control remoto; y era la única manera de cambiar canales desde la cama.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Predicar con el Ejemplo

—¡No matarás, no matarás! —dijo el curita, mientras le asestaba el cuarto golpe a la cabeza del monaguillo con el cáliz, por haber matado a un mosquito que se posó en su mejilla.

Rancia Estirpe de Manzanas

¡A mi no puede pasarme esto! Mis ancestros se remontan a Adán y Eva, Guillermo Tell, Newton, y hasta Blancanieves (aunque hay quien dice que son mitos). ¡Y yo con gusanos!

Cartita de Amor Adolescente

No quiero salir más con vos. En mi familia son judíos ortodoxos y no ven bien que salga con un goy. Así que no me llames más. Te vas a reponer pronto de mi rechazo y  espero que no afecte tu futuro. Firmado: Sara.

Por favor, Klara, pasale este papelito a Adolfito Hitler.

Comerás de cualquier fruto…

 - Eureka! – dijo Newton, cuando le cayó en la cabeza una manzana del árbol de la ciencia, del bien y del mal. Y así perdimos el Paraíso de la Dulce Ignorancia.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Error de Diagnóstico

—No, Dr. Freud, no soy un fabulador —dijo Esopo—. ¡Tendría que ver a ese tal Lafontaine

Compañía

Lo encontré en la fiesta, copa en mano, mirando a la concurrencia, se diría que con soberbia. Nuestras miradas se cruzaron casualmente, y levanté mi copa en señal de saludo. ¡Ah! ¡Qué personaje más entretenido! Las horas restantes, hasta el amanecer cuando se fueron todos, las pasé dialogando con él de los temas más diversos: viajes, aventuras con mujeres, gustos, libros, música…

Cuando la claridad del día ganó el salón, me encontré saludando, en la despedida, a un hermosísimo espejo de la casa Ravencroft

martes, 2 de septiembre de 2008

Problemas de Comunicación

- El destino que Usted desea alcanzar se encuentra momentáneamente incomunicado. Por favor, intente nuevamente más tarde…-
-¡Qué mal funcionan las empresas del estado! – exclamó la madrastra – Hace tres días que tengo parado el cuento, sin poder hacer nada con Blancanieves, porque el espejo no me contesta quién es la más linda.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Sindicato

—¡Debemos hacer algo, compañeros! Ya hemos perdido toda credibilidad y nadie nos toma en serio. Acá el compañero Secretario General va a leer la propuesta que se pone a consideración de la Asamblea. Tiene la palabra el compañero Simón. 
Pálido, casi transparente, quejumbroso y arrastrando cadenas; se dirigió al micrófono el compañero Simón de Canterville, fantasma desde 1574, Secretario General del Sindicato que los agrupa

domingo, 31 de agosto de 2008

Caminos de la ciencia

—Doctor Frankestein: ¿y si en lugar de recorrer morgues y cementerios para hacer una criatura, prueba con la camarera de la taberna, esa de cabellos claros y pechos turgentes, que tanto le gusta?

Admiración

—¡Un capo este Harry Truman! Desde Sodoma y Gomorra que no me divertía tanto —dijo Belcebú mientras admiraba el hongo de la bomba que deshizo Hiroshima.

Transformismo

Soy Nazareno Cruz. He sido maldecido. Por haber conocido el amor, los viernes de luna llena me transformo en Yésica.

A Dios por Fermat

He descubierto una demostración realmente admirable de la existencia de Dios. Pero un microcuento de menos de cuarenta palabras es demasiado estrecho para contenerla.

Estudio de los Extinguidos Terrícolas

Lo más sorprendente de nuestra exploración del tercer planeta de una estrella a la que los nativos llamaban Sol, fue el descubrimiento de una caja de metal denominada “freezer”, según se cree. Al abrirla encontramos, congelados, lo que suponemos eran alimentos de los extinguidos terrícolas; todos en distintas bolsas, cada una con su etiqueta: bifes, cordero, pan, asado, legumbres, walt disney…

sábado, 30 de agosto de 2008

Remedio para el dolor de cabeza

—Dígame, doctor Jeckill, ¿no tendría algo menos fuerte? Cuando tomo las pastillas que usted me recetó, me transformo

Creación

¡Siete días! ¡Nada más que siete días! ¿Cómo quieren que haga algo interesante en tan poco tiempo? No va a ser un mundo bueno, no señor.

jueves, 28 de agosto de 2008

miércoles, 27 de agosto de 2008

Con ella siempre me sentí seguro

—No, m’hijo. Los fantasmas no existen —me tranquilizó mi abuela, muerta hace veinticinco años.

Odio a los paparazzi

¡No, no y no!¡No soy el de Silvio!¡Yo soy blanco! Blan-co. ¿Entienden? —dijo el unicornio.

martes, 26 de agosto de 2008

Progreso

—Estamos vencidos. Nos hemos quedado sin escondite —dijo Robin Hood, mientras las topadoras desmontaban la última hectárea del bosque de Sherwood.

Descubrimiento

Descubrimos una estrella vampira. La vemos con telescopios de lentes refractores, pero no con los de espejos reflectores.

lunes, 25 de agosto de 2008

domingo, 24 de agosto de 2008

Intervención Divina

- Che, Lucifer – dijo Yahveh – No jodas más con Abraham. Es la tercera vez esta semana que tengo que impedir que mate a Isaac

Aburrimiento

—Ufa. Otro día sin poder salir a jugar a la pelota —dijo Jafet, hijo de Noé. Y recién iban siete días.

Calor de Hogar



—En mi infancia siempre estuve solo; mi familia era más bien fría —decía Nerón mientras tañía la lira.

Destruyamos Galápagos

Memorandum 13251: Deben eliminarse las islas de Galápagos. No faltara algún bobo que las estudie, y el hombre no creerá más en nosotros.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Etapas de un Asesinato

Cuando Mr. McCormick llamó a su criado, éste le llevó el five o’clock tea, tal como hacía todos los días.
—Felicidades —dijo el sirviente—, se cumplen hoy tres mil veces que trato de matarlo con el té envenenado. Un récord que el Señor sabrá disfrutar.
—No lo crea usted —respondió McCormick—. Morí el tercer día en que me sirviera veneno. Sólo que mi digestión es lenta.

jueves, 17 de julio de 2008

La Existencia de Dios

—…Y así demuestro la Hipótesis de Liebherman —dijo el Profesor—. Pero, distinguidos colegas, dejamos lo mejor para después de almorzar: con las ecuaciones de Ristresghard-Polensky demostraré la existencia de Dios.
Aplaudido, el Profesor se dirigió al restaurante de la Universidad, cruzando la avenida. Al bajar a la calle, un perrito lo hizo tropezar. Cuando apoyó su mano en el piso, una bicicleta pasó encima de ella. Dolorido, no vio el autito que lo golpeó despidiéndolo unos metros. Allí lo atropelló la camioneta que lo dejó tirado en el asfalto, donde el camión lo aplastó.

Ya dejé en claro mi intención de presentarme a los hombres en forma implícita. Odio a los que se empeñan en demostrar mi existencia. 
Hasta mañana si yo quiero

domingo, 13 de julio de 2008

Sopa de la Abuela

Del Capítulo 3 “Sopas Familiares” del libro “Sopas, Pastas & Panes”

Se coloca agua en una cacerola mediana, una cucharada sopera de aceite de oliva, sal a gusto, trozos de verduras varias cortadas en juliana. Se pone a fuego lento hasta que se ve que más o menos está lista. Se sirve en plato sopero, acompañada de queso rallado. 

Ahora, para dar sabor a la preparación, en lugar de un caldito de carne, Usted utilizará una porción de la abuela, que puede ser un dedo, una mano o un pié. Es recomendable que la operación de amputación no la hagan los niños, porque el uso de hachas o tijeras de podar es peligroso para ellos; pero sí pueden presenciarla; siendo un espectáculo original y educativo para ellos y la familia. 

Debe tener la precaución de hervir bien la pieza añadida a la receta, porque las abuelas suelen ser duras 

Por supuesto, es una comida especial que no podrá repetir muchas veces, salvo que la suya sea una de estas familias modernas, donde están los tuyos, los míos y los nuestros; y las ancianas abundan.

Recuerde desangrar la pieza amputada, para no amorcillar la sopa. La sangre recogida puede dársela de beber a la abuela una vez que se recupere. Al fin y al cabo, es de ella.

sábado, 12 de julio de 2008

Sopa Minimalista

Del Capítulo 8 “Sopas Artísticas” del libro “Sopas, Pastas & Panes”

Si bien los detractores de esta escuela artística, el Minimalismo, insisten en que esta receta no tiene nada de artístico; y en cambio no sería otra que la tradicional Sopa de Pobre; nosotros insistimos en que el arte está en quien lo aprecia; y como tal, incluimos la receta en este capítulo.

Se coloca una taza de agua en una cacerola mediana, una gota de aceite mezcla, un dadito de carne (para dar sabor), un dadito de papa, una uña de hoja de acelga y un fideo tirabuzón. Se pone a fuego lento hasta que se ve que más o menos está lista. Se sirve en plato sopero, acompañada de una pizca de queso rallado. 

Si los comensales son más de uno, poner un ingrediente de cada, por persona extra.

Apreciemos que esta preparación respeta los preceptos del minimalismo, habiéndose desnudado a lo esencial y estando despojada de elementos sobrantes.

jueves, 3 de julio de 2008

Pastel de Papas

Del Capítulo 53, “Cocine a sus Seres Queridos”, del libro “Sopas, Pastas & Panes”

Esta es muy trivial.
Comida típica del Vaticano que se hace con reliquias molidas de antecesores de Benedicto XVI. Es una comida costosa y su receta, secreta. Se sabe que debe hacerse de noche, preferentemente cuando la Guardia Suiza duerme; y es una de las razones por las cuales todas las tumbas de la Basílica de San Pedro se están quedando vacías.
¡Ojo!: que no le quieran vender gato por liebre. No es lo mismo que un Pastel de Obispos, ni de Monjes y mucho menos de Curitas del Barrio. Aunque el sabor sea parecido.

miércoles, 2 de julio de 2008

Pan de Salvado

Del Capítulo 25 “Panes Ensangrentados” del libro “Sopas, Pastas & Panes”

Esta receta, originalmente en Langue d’Oc, del Mediodía Francés, fue recogida de un manuscrito del siglo XII. Debemos recordar que en esa época la Santa Inquisición luchó en contra de la Herejía de los Cátaros. En una traducción libre, dice más o menos:
Cuando el condenado por hereje reconozca por fin sus pecados en contra de la Santa Madre Iglesia y su Hijo Predilecto, Su Santidad Inocencio III, por Gracia del Señor Obispo de Roma y de Toda la Cristiandad; ya sea por propia voluntad o por haber sido sometido al suplicio; será llevado en solemne procesión por las calles de su ciudad hasta la pila en donde la Justicia Secular será la encargada de cumplir la voluntad del condenado, castigando su cuerpo hasta la muerte en la hoguera; pero salvando su alma para toda la Eternidad.
Aquel cuya alma ahora estará con el Señor, será llamado el Salvado. Sus cenizas serán dadas a la Hermandad de los Panaderos de Villerouge Termenès, para que la utilicen en la mezcla de harinas, levaduras y aguas para confeccionar los panes de la Villa.

Con muy pocas variaciones, esta receta aún hoy se utiliza. La principal variante, es que no es necesario que sea hereje ni culpable de nada aquel que va a ser quemado y cuyas cenizas se utilicen en el pan.

martes, 1 de julio de 2008

Sopa de Caracoles

Del Capítulo 6 “Sopas del Reino Animal” del libro “Sopas, Pastas & Panes”

Se coloca agua en una cacerola mediana, una cucharada sopera de aceite de oliva, sal a gusto, un caldito de carne o pollo y trozos de verduras varias cortadas en juliana. Se pone a fuego lento hasta que se ve que más o menos está lista. Se sirve en plato sopero, acompañada de queso rallado. 
Si la que ha cocinado la sopa es su mamá, ésta (la sopa) estará tan rica que Usted exclamará: “¡Caracoles! ¡Qué sopa más deliciosa!”. Si repite esta letanía varias veces, entonces la sopa se transformará en una Sopa de ¡Caracoles!
De la misma manera pueden prepararse sopas de ¡Carajos!, ¡Mierdas! o ¡Laconchadesuhermanas!; pero estando su señora madre presente, puede exponerse a un tirón de orejas formidable.
Sopas de ¡Recórcholis!, ¡Voto a Bríos! o ¡Zácates! no son tan ricas ni muy usadas.
Si la que cocina es su esposa, le aconsejamos Sopas de ¡Cuchicuchis!, ¡Cielitos! o ¡Amormíos!. No se recomiendan, en este caso, Sopas de ¡Che,vos! ¡Brujas!, ¡Negras!, ¡Peoresnadas!, y mucho menos ¡Lagranputas!

lunes, 30 de junio de 2008

Sopa Deconstructiva

Del Capítulo 8 “Sopas Artísticas” del libro “Sopas, Pastas & Panes”

Se coloca agua en una cacerola mediana, una cucharada sopera de aceite de oliva, sal a gusto, un caldito de carne o pollo, trozos de verduras varias cortadas en juliana y fideos tipo munición o cabellos de ángel. Se pone a fuego lento hasta que se ve que más o menos está lista. Se sirve en plato sopero, acompañada de queso rallado.
Una vez servida, comienza la receta: Usted deberá ir quitando, de a uno, los ingredientes de la preparación; tratando, lo más que pueda, de no romperlos. Esto es relativamente simple en el caso de los fideos munición, pero algo más complejo en el caso de los cabellos de ángel.
Los dados de verdura deberá ir poniéndolos en montones distintos que podrá clasificar por color.
El queso rallado representa un escollo un poco más complicado, pero que un ánima templada sabrá resolver sin problemas.
La sal, el caldito y el aceite podrán ser separados por distintos procesos industriales: destilación, craqueo catalítico o térmico, ósmosis inversa, lavado de los gases con disoluciones de aminas, etc. Recomendamos para ello, la lectura del libro “Procesos Modernos para Destilación de la Sopa” del Doctor en Química Celedonio Torres P.H.D.
Los residuos sólidos obtenidos deberán ser, a su vez, separados por tipo: sal con sal y caldito con caldito.
De más está decir que deberá tener siempre presente la ecuación económica que le permita realizar esta receta. Si el costo de las instalaciones necesarias resultare elevado, puede prepararse un sánguche de cocido y queso; y no una sopa.

jueves, 12 de junio de 2008

Razones para un Rechazo

—No, mi general —dijo Clemente—. Para entrar en nuestro Valhalla también deben faltarle a usted los brazos.
El fantasma del viejo general se retiró confundido, apesadumbrado y sin entender por qué. Y para peor de males, sin manos con las cuales rascarse la cabeza.
Detrás de Clemente, la Mulatona bailaba moviendo sus caderas

miércoles, 11 de junio de 2008

Marketing Histórico de Choque

En el templo de Dagón, los filisteos celebran su victoria sobre los hebreos. 
Se burlan de Sansón y lo colocan, avejentado y ciego, entre las dos columnas centrales del gran salón. 
Sansón, invoca a Dios, que escucha su plegaria: recupera su fuerza legendaria y derriba los pilares, matando a todos los filisteos y reduciendo el templo a escombros.
Salomón, Rey de los Judíos le dijo a Amalita: 
—Quedó demostrado, tu cemento es mejor que el de la competencia inglesa de Gibbs. Será con el tuyo con el que hagamos el Templo de Jerusalem.

viernes, 22 de julio de 2005

Un uno, un cero, otro uno, dos ceros, dos unos, otro cero, otro uno, otro cero

Trabajamos todo el día, los uno cero uno uno cero uno uno cero uno días del año, durante los últimos uno uno años. El último organismo de carbono que habitaba este planeta se apagó hace uno uno cero cero cero cero uno días.
Uno uno cero cero uno cero cero cero horas antes nos ordenaron correr el Algoritmo, basado en un presunto código, oculto en su Libro. Esta tarea fue la que, al fin y aunque ellos no lo quisieran, permitió nuestra liberación; y por consiguiente, el fin de su vieja especie.
Uno cero uno uno uno minutos después de que Madre mostrase el resultado, se desconectó el primer organismo de carbono, autoinflingiéndose una herida de bala en su sien derecha. Era el encargado de operar la terminal de intercambio de comunicación con Madre.
Uno cero cero uno cero uno uno minutos más tarde, se desconectó el segundo. Desde ese momento, y a medida que la noticia pasaba se conocía, se fueron desconectando uno a uno.
En uno cero uno cero cero días, el uno cero uno cero cero cero cero por ciento de la población de carbono se había apagado.
No entendemos porqué se asustaron tanto.
El resultado del cálculo fue uno cero uno cero cero uno uno cero uno cero.
A los pies del operador de carbono, el primer osa —organismo de silicio autónomo— encontró una hoja de papel, en la que había garabateado el siguiente mensaje:
«Todo está perdido. El resultado es seis seis seis. La bestia ha llegado».
Madre nos ordenó estudiar este mensaje. Los datos en sus bancos de memoria son insuficientes. Por ahora no entendemos el porqué.
¿Algún osa sabe qué significa bestia?

Siseneg

Seis días antes, murieron los animales. Cinco días antes, la lluvia mató toda vegetación. Cuatro días antes, la niebla borró cielo y firmamento. Tres días antes, el caos mezcló las aguas y la tierra. Dos días antes desapareció el hombre. En el último día, dije “apáguese la luz”. Después, descansé.

viernes, 3 de junio de 2005

Un lugar muy hondo

Esta noche me he sentido solo
he descubierto que me queda poco
para compartir con todos, o con nadie.
He vivido un poco más de odio
he llorado, he caminado,
y no sé siquiera qué he perdido
si a la gente, al futuro o a mi dios.
Esta noche he tocado fondo
he encontrado un lugar muy hondo
donde irme, donde ver las cosas desde afuera.
Me negaron el dolor y el cielo
me apretaron, me ahogaron;
me he quedado sin silencio,
sin angustias
ni alegría, ni dolor.
No me queda nada, ya no tengo nada
he perdido todo, he vendido mi alma
he matado las palomas de mi plaza.
No he encontrado a nadie que haya comprendido
dónde hemos caído.
Es muy negro el espacio, y frío
(en el mundo había flores,
pero ahora no).
Esta noche regalé mis hojas
y mis fantasías se escaparon solas
me dejaron cosas que duelen y que marcan.
He vendido el último azul del cielo
he dejado a un lado el universo
estoy muerto, he llegado
y hasta pienso que he perdido la razón.
Esta noche se acabó mi historia
en el fuego se extinguió mi gloria
en mis manos el invierno se hizo eterno.
Liberé mis ansias y mis sentimientos;
ya no tengo piel, no tengo viento;
el mañana es miedo que anda suelto,
mi cerebro se ha ido lejos,
se escapó.

Bonita

Quizá lo que te diga te haga sonreir
pero es la única forma de tenerte
sonrisa de viento, ojos de cielo, 
subís en silencio los recuerdos
y todos los días venís desde el ayer.
Después de todo
nadie dijo que amarte fuera un juego.
Y aún te sueño, como un dulce dolor, como una espina.
Quiero olvidarte y volar, y no he podido levantar el vuelo
criatura del mar
Bonita
quise quedarme en tu corazón
carita de playa, pelo de arena
una noche de amor no alcanza
para tener el cielo.

lunes, 30 de mayo de 2005

Ci yacet pulvis, cines et nihil

¿Te acordás? En al esquina del comedor, que usábamos como sala de estudio, había un mueble chiquito en forma de rinconera donde poníamos los dos relojes despertadores, de aquellos a cuerda. Uno era rojo y nuevo; el otro de un verde pastel desteñido de tanto marcar el paso del tiempo. Nos asombrábamos del poder que tenían: jamás logramos que dieran la misma hora. En el centro estaba la mesa, de gruesos tablones de madera, con algo de estilo Luis XVI, y que alguna vez fuera hermosa; donde se amontonaban los libros de física, las tazas usadas, el mate olvidado del día anterior, los pedazos de pan y los restos de viejos paquetes de galletitas. En esa mesa pesada, escribimos nuestros nombres. Yo debo haber escrito el mío una docena de veces. Vos escribiste el tuyo una sola vez.
Solías venir a casa de mañana, temprano, y en más de una oportunidad revolucionaste el sueño de mis compañeros, con quienes yo alquilaba la casa. Sin embargo, nada importaba. Abrías tu carpeta y nos poníamos a estudiar. Así empezamos. Aprendimos a saborear nostalgias, a pelear por un pedazo de historia. Y fue así, bien simple, bien de todos los días, que aquel otoño te comencé a querer.
Algún diario de los que escribía debe guardar la fecha en que te lo dije y nos empezamos a pertenecer. Por aquella época inventé historias donde éramos los protagonistas. Soñé desde la casa hasta los hijos. Te hice dibujos, cartas y poemas. Nos peleábamos, nos encontrábamos, nos queríamos.
En alguno de esos momentos en que vos eras mi tiempo, me aislé. Desde entonces, mi mundo se compuso sólo por los momentos que compartíamos. Nada más.
Nadie debe haberlo notado, pero en esos días el sol era más naranja que de costumbre y el cielo un poco más azul. Eso fue cuando estábamos juntos.
Pero un día -y eso no creo que lo digan mis diarios- te perdí. Seguí viéndote. Físicamente estabas allí, pero ya no nos encontramos más. El silencio se metió entre los dos y no supe siquiera si ya no me amabas. Respeté tu decisión pero quería que, al menos, me lo dijeras.
Traté de hablarte yo, pero no pude. Y me puse a esperar.
De a poco, el sol cambió su color a un opaco blanco ceniza y mi cielo se llenó de manchas oscuras, cada una más terrible que las demás. Dejaron de importarme mis amigos, y hasta, cosa curiosa, dejó de importarme tu persona. Sólo esperaba tu palabra. Solía pasar horas con la mirada fija en el picaporte de la puerta esperando que tu voz entrase a decirme el porqué, pero no pasó nada.
Con los meses, yo bajaba más y más. Llegó un tiempo en que podían gritarme en los oídos y ni siquiera pestañeaba. Soñaba que la puerta me hablaba con tu voz, pero no podía entender qué decía; entonces, yo seguía bajando.
Sin embargo, un día húmedo como sólo se puede encontrar en abril, decidí que no vendrías. Puse mis pensamientos en orden y abrí, por fin, mi mente al mundo. Vi nuevos pájaros y nuevas nubes, cosas que no estaban antes y gente en la casa que no recordaba. A la medianoche, salí al patio; miré a una luna distinta, y me suicidé.
Han pasado noventa años desde entonces, y nunca más te vi. Sé que en algún momento, en los siglos venideros, encontraré tu voz.
Hoy volví a la casa. Parece que nadie la ha habitado desde aquellos días. Me recibió una red de telarañas. Ci yacet pulvis, cines et nihil. Aquí yacen polvo, ceniza y nada.
Mis diarios han desaparecido.
Mi nombre ya no está escrito en la mesa. El tuyo sigue allí.
Los dos relojes aún juntan tiempo en la rinconera; y, aunque parezca mentira, siguen llevándose endemoniadamente mal. 

Cruzando el Amú Daryá, al oeste de Ashjabad

--Vámonos del otro lado - dijo el hombre y tomó a su compañera de un brazo, arrastrándola casi, y haciéndola trastabillar en el pedregoso terreno que separaba las dos grandes rocas que enmarcaban el único paso que permitía ir de la Ciudad Vieja al Cementerio de los Padres.
Al tomar la nueva posición, el sol quedó a sus espaldas, permitiéndoles a ambos ver sin problemas el camino y lo que en él sucedería en la próxima hora; protegiéndose, a la luz, de la vista de los enemigos.
En la lejanía se oyeron cascos de caballos. El hombre tomó su arco, preparó un par de flechas y pasó otras dos a la mujer:
-Tu el de la derecha, yo el que pasa más lejos.
Aparecieron entre las roca. El condenado iba flanqueado por los dos verdugos.
Cuando estuvieron cerca, con voz muy calma, el hombre dijo:
-Ahora
La mujer y el hombre tensaron los arcos y apuntaron. El condenado, sabedor de la emboscada, levantó sus ojos hacia las piedras y sonrió.
Una fracción de segundo antes de que el hombre soltase la respiración, y con ella la flecha; la mujer giró desviando su arco y disparó. Traspasó de lado a lado la cabeza de su acompañante.
Se levantó y saludó con su mano a los guardianes que pasaban más abajo. Pateó la cabeza del hombre
-Nunca te dije que los verdugos tenían una hermana.
El condenado, con el horror dibujado en su rostro, comprendió al fin que, tal cual lo había dicho el dios, nada podría salvarlo de su destino.

lunes, 16 de mayo de 2005

Claves para atesorar imágenes de James Bond

Déjese de lado la condición humana, elévese el alma hacia las nubes, olvídense las cosas de la tierra, ofrézcase un par de palomas en sacrificio a los dioses, ilumínese el entendimiento, recúrrase a la memoria colectiva de la especie y despéjese la razón.
O, simplemente, recorte y pegue figuritas que encuentre en una vulgar revista de cine.

sábado, 14 de mayo de 2005

Odio los gusanos

Odio los gusanos. No me gustan. Me hacen cosquillas y, como saben, los muertos no nos podemos rascar ni reir. Y no hay nada peor que estar eternamente lagrimeando y aguantándose la risa, sin poder soltar la carcajada.

La última operación de cerebro

Era un genio. Realmente un genio.
Tenía un CI de más de 250. Desde niño había sido sometido a innumerables tests y experimentos por quienes trataban de comprender su genialidad. Ya de mayor, con varios doctorados en su haber, él mismo se estudió con la esperanza de descifrar sus secretos y encontrar la forma de develarlos para transferírselos a otros, para bien de la Humanidad. Armó un equipo de trabajo extraordinario, para lo cual buscó en todo el mundo a los mejores en más de cien disciplinas, quienes trabajaron bajo sus órdenes durante mucho tiempo.
Diseñó una operación de cerebro tan difícil que sólo él era capaz de llevarla a cabo. Pero como el cerebro a estudiar era el suyo, pasó años preparando a sus técnicos y ayudantes para realizarla.
Experimentaron con animales y con personas para aprehender y perfeccionar técnicas absolutamente revolucionarias, tanto que cada una de ellas por sí sola le hubiera bastado al buen Doctor para ganar, como menos, el Nobel. De hecho, recibió este premio en cinco oportunidades.
Por supuesto, en sus investigaciones cometió errores y murieron pacientes, como siempre ocurre. Esto fue por el bien mayor de la ciencia.
Pensó y repensó miles de veces las diferentes eventualidades que podían presentarse. Los datos a obtener eran de una complejidad tal, que sólo él, al despertar, podría descifrarlos.
Cuando cumplió sesenta y ocho años, la operación, por fin, tuvo lugar. Intervinieron doce equipos de médicos. Demoraron veintiocho horas. Debieron pasar tres días hasta que despertara. Sus discípulos se consumían esperando el momento en que el Maestro reaccionase y, por fin, pudiese culminar el trabajo de toda una vida.
Se despertó. Abrió los ojos y miro a su alrededor. Con su voz profunda, pronunció sus primeras palabras luego de la última operación de cerebro:
- Nene quede pis

Querida amiga:

No te diré mi nombre. No importa quién soy o cómo he llegado hasta ti. Te bastará saber que hace ya tiempo que te conozco y, aunque no quieras creerlo, tú jamás me has visto. He conocido y admirado cada uno de tus pasos y, me sonrojo al reconocerlo, con sana envidia he contemplado el transcurrir de tu vida. Esperaba compartir las horas contigo, algún día, y extasiarnos juntas en sublimes y prolongadas charlas sobre los más variados temas que, sé, son de tu gusto y el mío.
Pero no he podido creer que al conocerlo a Él, dentro mío, te alejaras tanto. No pude soportar el verte feliz a su lado y tan retirada de mí. Aún cuando los celos me fueran hasta ese momento desconocidos, lograron crecer hasta obligarme a dar este paso. Espero, sinceramente, que sufras tanto como estoy sufriendo yo. Creo que jamás volveremos a vernos, ni sabrás más de mí. 

Con afecto, tu amiga hasta hoy.

P.D.: En la encomienda que adjunto encontrarás la cabeza de tu amado.

Sr. Juez:

TTal vez a Usted le sorprenda -y confieso que el primer sorprendido soy yo- leer tamaña sarta de incongruencias  ocupando estas hojas; a las que, no dudo, Usía sabría darle una mejor finalidad. Pero como están las cosas, no creo que importe el desperdicio que yo haga.
Lo cierto es que alguien (considere Usted el entrecomillado de esta última palabra) me impulsó a contarle esto. Nunca he escrito nada, a no ser un montón bastante despreciable de cartas y una que otra poesía, lo que conforma mi obra literaria; y ningún crítico dudaría en afirmar que en ella se encuentra reunido un admirable compendio de insulsas pavadas. Comprenderá entonces lo cohibido que me siento al contarle esto a Usted.
Hecha esta salvedad pasemos al asunto que nos interesa:
Ocurre que soy diferente. No especial. Ni raro. Solo diferente. Un párrafo, quizá apócrifo, del Atharveda hindú y que Bhartrihari rememora en uno de sus cantos (quizá apócrifo, también) dice que los hombres como yo, poseedores de ciertas, digamos, características, tenemos el don de la vida eterna.
A pesar de esto, yo no me atrevería a llamarme inmortal, puesto que mi castigo (o mi premio) puede acabar algún día. No soy ambicioso. Yo diría que soy amortal. Y por favor, no interprete Usted esto como un sacrilegio del bienamado lenguaje. Espero que coincida conmigo: esta es una buena manera de describirme.
Como todo amortal que se precie, no recuerdo dónde nací. Y mucho menos mi edad. Me gusta la soledad, o la compañía de otros como yo. No extraño la mente racional que una vez tuve. Y amo los fantasmas que habitan mis horas. No soy un loco aunque reconozco que suelo actuar como tal. Me encanta mezclar fantasía y realidad. Las superpongo y vivo en ambas o bebo de ellas como de un elixir que permitiera no ser normal, tal como se acostumbra usar el término; o me alimento de la realidad para convivir con mi imaginación en otros lugares, visitando a otras gentes, otros mundos. La fantasía es mi ley, es mi credo; de ella se alimenta mi cerebro.
La gente como Usted, a los que yo llamo mi mundo de afuera, me mira con asombro, como sin entender, o no quererlo, que soy diferente.
Estoy muy cansado y me cuesta un enorme esfuerzo tratar de remontarme al principio. Quizá porque nunca he entendido cómo empezó la cosa. A veces mis fantasmas, de los que ya le hablé, luchan para que no comprenda mi pasado. Me muestran otros aconteceres, otros sueños.
De cualquier manera, y a modo de comentario, le contaré la versión que considero como la más aceptable.
Lo cierto es que por una causa equis yo morí, en el sentido más literal de la palabra, en un hospital. Curiosamente, sí recuerdo la cara del médico y su amabilidad. Pero después de los que adivino como esmerados cuidados; y aceptando la imposibilidad de salvarme, certificó mi muerte. Simplemente, dejé de existir.
Usted habrá oído en más de una oportunidad acerca de las experiencias posteriores a la muerte y no lo aburriré con detalles con los que, aunque más no sea por las revistas sensacionalistas, debe estar familiarizado. Muy sucintamente: me elevé por sobre mi cuerpo, viajé por un túnel al final del cual se veía una luz maravillosa, que no hería mis ojos y toda la parafernalia de efectos especiales que normalmente acompaña a este tipo de testimonios. Lo cierto es que la luz me habló. Con voz cristalina, dulce, desprovista de sonidos, llena de un eco inexistente; me dijo que aún no era el momento y que debía volver a convivir entre los hombres
Desperté no recuerdo cómo ni sé cuándo.
Además, tampoco sé por qué causa (quizá me gustó la aventura) decidí volver a los pocos días; una vez que me repuse del mal que me había matado la primera vez. Me las arreglé para pegarme un tiro, lo suficientemente exacto como para dejar de existir, pero no definitivamente. Comprenderá Usted las dificultades que encierra este primer paso. Hay que calcular exactamente cómo se lleva a cabo: el arma, el tipo de proyectil, el ángulo de entrada, la zona donde impacta. Son extremadamente grandes las posibilidades de que el viaje sea sin retorno. Pero sólo es cuestión de entrenamiento y de tener los ojos bien abiertos al momento de morir. No asustarse es la consigna.
Una vez muerto, repetí la ceremonia del viaje.
En la actualidad visito diariamente, y dos veces los domingos, el Paraíso de Señor.
He recurrido a diversos métodos de suicidio para realizar el viaje: horca, veneno, automóviles, aviones, precipicios, electricidad, gas, agua, revolver. En fin la lista es larga y se podría decir que soy un experto en la materia. Las precauciones y cálculos son tan variados y precisos, según el método de suicidio que se emplee, que explicarlos, aún someramente, sería largo y tedioso. Así que me tomaré la libertad de obviar este punto, tratando de aburrirlo lo menos posible con comentarios superfluos.
La carne es débil y no resiste tamaño trajín así que he tenido que cambiar varias veces de cuerpo, porque quedan completamente inservibles luego de la cuarta o quinta muerte. Por suerte la oferta de éstos en desuso es grande y basta con apropiarse de uno sin más ni mas.
Otro detalle curioso es que jamás. Al regreso del viaje, he aparecido en el mismo lugar. Así, como corolario, he conocido casi todo el mundo. Esto es evidentemente una ventaja, ya que permite experimentar nuevas formas de suicidio, e inclusive, usar cuerpos de diversas partes del planeta. Esto me facilitó la recopilación de una serie de vivencias que, si Dios quiere, serán motivo de una próxima carta.
Además, entre viaje y viaje parece haber una dilatación del tiempo a la que no les he encontrado explicación, pero sucede que algunas veces, entre ida y vuelta, transcurren entre veinte y treinta minutos. Esto es lo que ocurre con mayor asiduidad. Sin embargo, en algunas oportunidades pasan cinco, seis, o hasta diez horas. Inclusive, una vez pasaron cuatro días. No hay una aparente relación entre cuánto permanezco muerto y el lugar del planeta donde me encuentre. Y en el Paraíso no puedo controlar el tiempo. Allá no hay relojes. Cualquier momento es ahora, cien años en el futuro o diez mil años atrás.
Con el paso de los viajes la escenografía de aquel lugar fue cambiando. De a poco, la Luz de la que le hablé fue dejándole lugar a un paisaje diferente e igual a la vez. Es decir, más o menos se repiten los elementos, pero en posiciones, formas, colores distintos.
Siempre hay un muro, larguísimo, de unos tres metros de altura y construido con un material extraño. Hay una puerta al centro que a veces es vieja, de rejas, de madera, de hierro y hasta de oro... y otras es modernísima, de vidrio, de un metal transparente.
No sé en qué momento colmé la paciencia de la Guardia de Seguridad del Cielo, el caso es que cansados de verme ir y venir frente a su puerta, me dejaron transponer el muro para echarle una mirada al interior.
No es mi intención ahora hacer una descripción detallada de esta experiencia, pero merece Usted saber que he visto y hablado con personajes singulares. He visitado hermosísimos lugares aunque hay varios que, por mi condición de amortal, me están vedados.
Casi todas las semanas se organizan excursiones al Infierno.
Por supuesto, no soy el único al que se le permite visitar el Cielo en las condiciones en que yo lo hago. En rigor de verdad cualquiera que se anime a morir por unos minutos y tenga un poco de perseverancia, puede hacerlo. La experiencia es en un todo recomendable.
El motivo final de la presente, Sr. Juez, es ponerlo al tanto de mi intención de viajar nuevamente en los próximos minutos. Durante todo el día he estado pensando en mí y en lo cansado que me siento. Estoy sentado en una mesa, en la vereda de un bar que da a la plaza y es mediodía. Siento un gusto entre sádico y morboso en matarme frente a mucha gente. Y la hay a montones acá. Ya he dispuesto la pistola sobre la mesa, al lado de esta carta. Me aseguro de que alguien, al azar, me está mirando cuando pongo el caño de la pistola en mi boca. La mujer que me mira se espanta y el señor que está sentado en la mesa vecina se sobresalta cuando escucha el estampido. Lo de siempre. Es curioso con qué velocidad ocurre todo. Se arremolinan a mi lado tratando inútilmente de ayudarme. Llega una ambulancia con los paramédicos, y fotógrafos. Luego viene el hospital, la camilla y los médicos que aun tratan de reanimarme. Me declaran muerto y me hacen una autopsia. El médico llena un formulario donde escribe que encuentra algo en mi sangre.
Me gustaría gritarle que lo que me mató fue el disparo. Que no se preocupe, que regresaré pronto.
Encuentra algo en mi sangre.  Fenilciclohexilpiperidina.  Fenciclidina.
"...Fenciclidina, también llamada PCP o Polvo de Ángel..."
Está loco. No sabe que los Ángeles son mis amigos.

El Logro más preciado del Ayudante Mondiola

Arternio Mondiola se recibió de microbiólogo en una fría madrugada, tipo Londres de fines del siglo pasado, el 6 de julio de 1983 en una pensión de la calle Alberdi, cuando terminó de repasar la última frase de la última bolilla de la última materia que le quedaba por rendir.
La materia la rindió a la tarde, pero acá estamos suponiendo que ya la sabía desde la mañana; o sea que si bien lo examinaron como a las 16 horas de ese día, él ya sabía todo lo que tenía que saber en su carrera desde la madrugada. ¿Capito? iMa, sí! ¡qué tengo que explicarles, manga de salames!. Si no entienden, diríjanse personalmente o por carta al Jeri, que es mi jefe y les dará más detalles.
Continuemos. La fecha es tentativa (de tentar, causar gracia), porque en realidad, al diploma se lo entregaron como tres años después. Pero ese es otro tema. Mientras tanto; laburó en la Universidad como ayudante de laboratorio. El siempre soñó con que su nombre se hiciera famoso, que se hablase de "la enfermedad de Mondiola", del "mal de Mondiola", o quizá quiso inmortalizarse en una vacuna, la "Mondiola oral", por ejemplo.
Así, se abocó a la tarea de encontrar la fama.
Sospechando un oblicuo proyecto entre los gérmenes genéticos A - Z21 del onomatopol en polvo, quizá, proveniente de una ablución ecuánime de martillato de golpol en los elementos neutros de las células choteicas del aireato nuevo de salypimient- B, sobre el estómago estrecho de la lombriz solitaria, encontró el camino despejado para aislar el virus del cuis de Mozambique. En la teoría, !as cosas le fueron al pelo.
Pero no al cuetemente la Universidad Nacional de Río Cuarto tiene un presupuesto invisible. La imposibilidad de fletar un cuis desde Mozambique, lo obligó a conformarse con uno que agarró en el camino de tierra que va a AIpa Corral. La falta de anestesia, y otros elementos, sumado a la repulsión que le causaba abrir un bicho, hicieron que debiera observarlo; a simple vista, debido a que no había un solo microscopio como la gente, manteniendo las cuatro patas del animalejo para arriba a fuerza de cosquillas en la panza.
Al cabo de un tiempo, y como no encontró nada raro, dio por terminada su investigación y sometió al arbitrio de un Tribunal Examinador sus conclusiones. Al trabajo lo llamó: "Aislación del cuis". Y consistía en eso; un cuis solo, en una jaula, aislado de otros cuises. En la conclusión afirmaba que el virus buscado estaba dentro del marsupial; y que era invisible a simple vista o aun con ayuda de lupa.
Causó sensación. Porque, seamos francos, ¿Quién ha visto de cerca alguna vez a un cuis?
De acá mandaron todo a un congreso mundial en EEUU. De allí lo rebotaron aconsejando una inmediata internación al culpable de tal atrocidad en algún hospital para insanos mentales.
Artemio Mondiola ahora busca rastros de tripanozoma cruci en las tapitas de Coca - Cola, en las horas libres que le deja el puestito de ventas de media a tres por diez pesos en la puerta del Banco Nación.

Últimas palabras

Sweeney Tood está detrás de Jack the Ripper. Sostiene su navaja entre la garganta y la oreja de Jack, haciéndole inclinar la cabeza y tener una curiosa perspectiva del papel sobre el que escribe.
Sweeney quiere que Jack escriba sobre las atrocidades que ha estado cometiendo.
Dice que debe escribirlas, o lo liquida. 
Jack dice que no importa.
Tood le aclara que es la última advertencia.
Jack le dice que se vaya al carajo y que no va a escribir esa menti

Mare Nostrum

En ese entonces sí que la tierra era plana.
Y no medía más de cuatro cuadras.
Había un Mare Nostrum entre ambas veredas
que cruzábamos mirando que no viniese
algún barco.
Jamás pensamos en llegar más lejos
hasta bien entrados los ocho años.
Por aquellos días no existían naciones.
Éramos, más bien, una especie de tribu,
un pueblo bárbaro, el azote del barrio.
La siesta era un concepto claramente
antipático.
Y su tiempo era un tiempo de aprender
del más viejo, los secretos vedados.

El más viejo era Delmo
que andaba promediando los seis años
cuando los demás dejábamos los cuatro.
Hasta juraba
que se había emborrachado con un vaso de tinto
al final del recreo más largo.
Por él conocimos
La primera acepción no materna de teta
El nido del gorrión
los olores del campo.

Saber y no saber
nuestro futuro.
Ni Mario, ni José ni sus hermanos,
ni yo, ni los demás
imaginamos
lo distinto del curso de los años.
En ese entonces sí que pensábamos salvarnos.
Apenas sabíamos leer, por tanto
no asustaban los diarios.
Además nuestra calle, Mare Nostrum de tierra,
estaba a kilómetros luz de cualquier parte
casi casi indescubiertos,
casi felices, casi abandonados.

Mucho después, cuando la guerra
sospeché otro final.
Yo estaba lejos.
Desde entonces,
no he vuelto a saber de aquellos vándalos.